Leido en El Pais: "El padre de Patrick McSorley se acababa de suicidar y su madre, esquizofrénica, apenas podía sacar a la familia adelante. Por eso, cuando el padre John Geo-ghan, párroco de Weston, se ofreció a ayudarla con el niño, fue un gran alivio. El mismo día que el sacerdote fue a dar el pésame sacó a Patrick, de 12 años, a tomar un helado para consolarle. Al volver en coche a casa le empezó a tocar los genitales y a masturbarse..."