El dato: En sus últimos años de vida, el filósofo Kurt Gödel se obsesionó tanto con el peligro a ser envenenado que únicamente comía aquello cocinado por su esposa, Adele Nimbursky. En 1977 Adele estuvo ingresada 6 meses en el hospital y no podía cocinar para Kurt. Esto causó la muerte del filósofo, que falleció de inanición [fuente]