Llegará el día en el que los de Nespresso, aunque nos cobran el café más caro que el cobre, también se apuntarán a la moda de cobrar 5 céntimos por las bolsas. Cuando ese día llegue, le prenderé fuego a mi cafetera y se la haré tragar en llamas a uno de esos malditos vendedores de café trajeados que tienen en sus malditas tiendas.