Hace tiempo, alguien en Atlanta puso una cámara de fotos en un banco de un parque (sí, sí, un banco de esos de sentarse) junto con un cartel pidiendo a quien encontrase la cámara que se hiciese una foto con ella. El experimento funcionó y muchos lo hicieron. Lo mejor es que lo volvieron a hacer, esta vez en Tokio, y volvió a funcionar. Y ya le salen imitadores: En Nueva York lo ha hecho la revista Glamour